El restaurante Sucrer VLC anima la Valencia gastronómica desde el 2017. Mezcla de sobriedad y estilo, este Sucrer urbano se mantiene más fiel a si mismo que nunca. Su devoción por las formas tradicionales, su convicción que el servicio de sala, la vajilla y los complementos de mesa configuran, junto a su comida, un conjunto sólido y convierten su diseño en un clásico contemporáneo no exento tampoco de modernidad a la hora de interpretar las recetas.
El comedor se abre a la sombra del jardín de la plazoleta inmediata de la calle Santa Rosa. Un comedor ancho, sin renunciar a la elegancia que lo caracteriza. Su menú, que evoluciona con el mercado, lo conforman platos sobrios, en los cuales confluyen ideas propias experimentadas al Mareny, sabores a la última y técnicas de alta cocina.

Allí, Rubén Fos, gerente y amante de su profesión, inspira sus propuestas en recetas tradicionales para conseguir platos muy armoniosos desnudos de adornos superfluos. Propuestas que se basan en productos de calidad notable y que tratan con técnicas depuradas. Y es que con la inauguración de este local, Rubén Fos hizo realidad su sueño de ofrecer auténticas recetas caseras a partir de materias primas elegidas con mimo. Aspiración de acuerdo con el cálido interiorismo del local, en que despunta la madera desnuda y su menaje. Tanto la cubertería como la cristalería y la vajilla, de la series Viejo Valle y Steelite Internacional de Muñoz Bosch –marca en la que también se ha confiado para el suministro del menaje de cocina-, complementan perfectamente las propuestas servidas por el personal de sala. Material todo con un destacado diseño que se refleja al mismo tiempo en sus platos, respetuosos con la tradición, pero refinadamente creativos.